Rebuscando en el baúl de los vhs, me he encontrado con un vídeo que ya ni recordaba que hubiera un cámara a bordo.

Corría el año de nuestro señor de mil novecientos noventa y siete, yo no era más que un joven y fornido novensano de viaje en República Dominicana. Tomando el sol una de sus playa paradisíacas, pasó por delante mía un mulato cargando una llampuga (dolphinfish) de no menos de 10 kilos, al preguntarle por el origen de semejante animal, resultó que desde el hotel hacían salidas para pescar a curri, y pensat y fet.

Tras un par de horas buscando pajareras, cayeron estos dos atunes, los cuales presentaron una formidable batalla, que sumado a la falta de material a bordo, cajones de madera como asiento, la caña a pulso entre las piernas, y olas de metro y medio, convirtieron la salida en un recuerdo para toda la vida.